La hipnosis como procedimiento terapéutico, puede ser considerada como una de las técnicas más antiguas que se conocen para provocar cambios en los procesos cognitivos, afectivos, psicofisiológicos, perceptuales y conductuales a través de la sugestión (Edmonston, 1986; Ellenberger, 1970; Gauld, 1992).
El éxito de la hipnosis, es ser una técnica muy versátil que se adapta con facilidad a las diversas situaciones clínicas potenciando el logro de los objetivos terapéuticos.
Los tratamientos basados en hipnosis habitualmente incluyen sugestiones de relajación, calma y bienestar. La mayoría de las personas describen la experiencia como agradable de tranquilidad, relajación y calma
¿Para que es útil la hipnosis?
- Como facilitador para la puesta en marcha de técnicas cognitivo-conductuales.
- En el control y reducción de de la ansiedad, (fobias específicas, trastorno de pánico, agorafobia y fobia social).
- En los trastornos del estado de ánimo.
- En la recuperación de la autoestima.
- Para favorecer las estrategias en el afrontamiento del estrés.
- En el manejo del dolor crónico haciendo que sea más tolerable y menos incapacitante.
- En traumas, facilitando el afrontamiento de los recuerdos traumáticos.
- En trastornos psicofisiológicos como trastornos cardiovasculares, gastrointestinales, respiratorios, dermatológicos… etc.
- Para normalizar nuestros ritmos naturales sincronizando los periodos de descanso y vigilia.
- Para proporcionar niveles altos de ejecución y bienestar al facilitar la puesta en marcha de los recursos propios de la persona, que se pueden ver alterados cuando los niveles de ansiedad son elevados
Aclarando mitos sobre hipnosis
- La hipnosis NO implica pérdida de la consciencia. El sujeto participa activamente en el proceso hipnótico.
- La hipnosis NO supone la pérdida de control del comportamiento del sujeto.
- La hipnosis NO es peligrosa. El único “peligro” de la hipnosis es que el paciente recuerde algo que tenía olvidado, que bien utilizado, le ayudará en su curación.
- Los individuos hipnotizados pueden dejarse influir por las sugestiones hipnóticas hasta el límite que ellos mismos consideren permisible.
- Ningún sujeto puede ser hipnotizado si no desea realmente hacerlo y puede «decidir » terminar el proceso cuando lo desee
- El sujeto puede ser remiso o negarse a decir o hacer algo que el terapeuta le pida durante el transcurso de la sesión hipnótica.
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